Todo es temporal. Todo aparece y desaparece. Todas las ideas surgen en la mente y se van. Aún no estáis en posición de ver vuestra vida desde un punto de vista más elevado. Si estuvierais de pie sobre una montaña podríais ver toda la tierra a vuestro alrededor. Podríais ver crecer árboles y plantas de un lado, un bosque agonizante del otro, un pueblo que se construye en otro lado y un grave incendio en otro lado. Todo aparece y desaparece. Podríais ver sucediendo todo esto si estuvieseis parados sobre la cima de la montaña en un mirador elevado. Si tratáis de ver todo esto desde la base de la montaña sería imposible. Veríais sólo lo que está pasando cerca de vosotros. Necesitáis trepar más alto para tener un punto de vista más expansivo y más elevado. Es lo mismo en vuestro mundo espiritual. Pérdida o ganancia parecen muy reales cuando estáis apegados y cerca del mundo. Al elevaros en los reinos espirituales, veréis la verdadera naturaleza de pérdida y ganancia y de vida y muerte. Todo aparece y desaparece. Permaneced en vosotros mismos, cumplid con vuestro deber y sed testigos. No preocupéis a vuestra mente con ideas de pérdida y ganancia. Mantened la ecuanimidad.
El siguiente enemigo más difícil es el sentimiento de placer y su opuesto—el sentimiento de dolor. Éstos ocurren en la mente. Vuestro mejor amigo es el desarrollo del discernimiento. Intentad no reaccionar. Mantened a la mente quieta y calma y abandonad la situación que os está causando ostensible placer o dolor. Éstos también aparecen y desaparecen. Si os permitís sucumbir al placer excesivo os haréis adictos y querréis cada vez más. Es por eso que todos los Maestros aconsejan la moderación en todo lo que hacéis—comer, dormir, el sexo. La indulgencia lleva al deseo constante y así perturbáis el equilibrio de vuestra vida. Vuestra sadhana sufrirá y quizás desaparecerá por completo. Al mismo tiempo, tratad de no morar en vuestro dolor mental o físico. Llamad a vuestro Maestro espiritual para que os ayude a volver a vuestro centro de paz. Podéis llegar a quedar adictos también a sufrir como una excusa para alejaros de vuestra intención espiritual.
El elogio y la crítica no deben cambiar vuestra quietud mental. El premio más grande de la sadhana es vuestra calma interior, vuestra paz. No permitáis que la alabanza de otros haga explotar el globo del orgullo, la arrogancia y la complacencia. Ésa es meramente la opinión de otro. Necesitáis calificaros y evaluaros vosotros. Si sois honestos, sabréis si sois dignos de alabanza o no. En la vida siempre recibiremos crítica. Mi primer consejo es que no os molestéis ni enfadéis por eso. Recibid la crítica con serenidad. En segundo lugar, honestamente mirad si hay alguna verdad en la crítica que se os ha hecho. Aceptad la crítica como una gran manera de aprender y cambiar. Vuestros críticos os están haciendo un favor grande. Escuchad, aprended y cambiad, pero no os perturbéis, lo que estropeará vuestra sadhana.
Mientras seáis fieles y honestos con vosotros mismos, ¿por qué debéis preocuparos por lo que otros piensan? Si habéis hecho lo mejor de vuestra parte de buena manera, no podéis evitar si otros intentan daros un mal nombre. En cosas así, la verdad siempre ganará si habéis sido auténticos en vuestro corazón. No rumiéis sobre ello. Al mismo tiempo, buscar fama y renombre es un pasatiempo vacío. Se necesita gran y riguroso esfuerzo para hacerse famoso y a menudo conduce a la tristeza y la desilusión. El buscar estatus y renombre no es parte de vuestra intención espiritual.
Construid una fortaleza de luz alrededor de vosotros y no les permitáis a estos enemigos que entren y echen a perder vuestra gran intención espiritual.