Obtened lo que *debe* obtenerse

(Satsang dado por Swamiyi en el Reino Unido, en Marzo 1983)

Todo este tiempo hemos estado cantando bhayans. Estamos cansados, soñolientos, nuestros cuerpos duelen y algunos de nosotros no tenemos siquiera un lugar apropiado para estar de pie. Aun así, yo estaba pensando, “¿De qué debo hablaros?” Siempre podemos hablar de lo Divino, en cualquier momento, en cualquier parte y en cualquier situación. Cuando lo hacemos, el cansancio pierde sentido, porque alabando y cantando el nombre del Dios omnipotente, a través de su gracia, podemos librarnos de problemas, dificultades y enfermedades. No necesitáis un momento específico por esto; podéis pensar en Dios a cualquier hora. Cuando pensamos en Dios y buscamos su gracia que mientras recitamos o cantamos su nombre, entonces su gracia entrará en nuestros corazones y los limpiará de impurezas. ¡Tal es el poder purificador de Dios! Podéis cantar y adorar el nombre divino en cualquier forma—podéis decir Muruga, Krishna, Shiva, Vinaiaga o Devi… Cualquier sea la forma a la que escogéis rendir culto, Dios está presente en todas las formas como Shiva-Shakti—él es uno, con un significado.  

Esta sola gracia que nosotros, como humanos, no podemos entender, entrará en nosotros y nos ayudará a realizarnos.  Este nombre divino es una medicina tan poderosa y llena de gracia que, si empezamos a recitarlo o cantarlo vocalmente, entonces nuestra mente, también, se involucrará; empezaremos realmente a pensar sobre lo Divino y esta reflexión nos traerá paz mental. El cantar el nombre de Dios nunca es una pérdida de tiempo.

Desde el momento que os despertáis en la mañana hasta que termina el día, os ajustáis a horarios muy estrictos. Ésta la naturaleza de vida en el Reino Unido, ¿no es cierto? Nos mantenemos fijos a una correa tirante siempre mirando la hora… la hora, la hora, la hora. ¡Ellos querían que yo me comportara de esta misma manera, pero yo no me permitiré estresarme así! Desde el momento que llegué, me han hecho seguir un horario de programas muy ajustado y lleno, sin permitirme siquiera el más leve margen de flexibilidad, pero yo no me preocupo por eso.  

Debe ser casi medianoche ya, pero a mí no me parece así. ¿Os parece que me veo cansado? No. En un lugar tuvimos bhayans, en el siguiente también tuvimos bhayans y todavía en otro lugar había una gran multitud. Después de terminar todo eso, vine aquí, y ahora todos vosotros estáis aquí, pero eso no importa. El Dr. S dijo que vosotros queríais hablar conmigo antes de que mañana por la mañana suba a mi avión a las 10 am. Sé que todos vinisteis aquí con diferentes ideas en vuestras mentes. Algunos de vosotros pensaban: “No sabemos cuándo Swamiyi podría venir alguna vez de nuevo por aquí, así que vamos a verle hoy.” Sin importar qué podéis estar pensando, realmente no es necesario que yo venga aquí. Dios está dentro de vosotros. No debéis olvidaros de eso. Este cuerpo [mío] es una ilusión; hoy está aquí y mañana puede morirse. La espiritualidad no confía en este cuerpo, para el que la vida y la muerte son temporales; debéis confiar en Dios.  

Swamiyi en el Reino Unido en 1983

Nunca debemos olvidar el nombre de un Dios tan poderoso… pensad en él, repetidlo y cantadlo. Todas las religiones son una, así que podemos pensar en él con cualquier forma. Esto es lo que dice el hinduismo; el hinduismo acepta a cualquier persona de cualquier religión pues ve a todas las religiones como una.  Abraza a todas las religiones como una madre abraza a su hijo. Es tan inmenso como el océano en el que cualquier número de ríos pueden fluir y ser aceptados en sus aguas. El hinduismo no critica a otras religiones. Existe desde antes de la era agrícola. Muchas personas me han preguntado: “¿Cómo puede decir esto? ¿Cómo puede esta religión haber existido antes de la era agrícola? ¿Cómo vamos a creer esto?” Yo les dije que es muy simple. ¿En qué religión [de las que existen hoy] se dice “Agni Deviye Namaha” [yo me inclino ante el Dios Fuego]? Esto se dice en nuestra religión hindú, porque en aquellos tiempos antiguos las personas veían chispas de fuego que emanaban de la fricción de árboles frotándose entre sí por el viento. Esto se dice en los Vedas e incluso la ciencia moderna confirma esto.  

Por consiguiente, primero adoraron el fuego; luego rindieron culto al agua que brotaba del suelo y fluía sobre la tierra, cantando Ganga Deviye Namaha. Después adoraron a las piedras y a la tierra recitando Bhumi Deviye Namaha. La única religión [hoy en día] que todavía rinde culto a estos elementos naturales es la religión hindú, razón por la cual yo digo que existía incluso antes de la era agrícola. Cuando miramos hacia atrás a través de las generaciones, ni siquiera podemos saber cuándo empezó exactamente—esto no es algo que digo yo, esto es lo que dicen los Vedas. Yo sólo repito lo que han dicho los devotos, los sabios, los devas, y personas iluminadas y grandes almas. 

El hinduismo es una religión con un profundo sentido. Pero en estos días, en manos de algunas personas, se ha convertido en algo que exhibe un poco de locura. No queremos esta locura; no queremos ensuciar nuestras mentes. Nuestra religión es significativa y los que adoramos a lo Divino de esta manera no tenemos ninguna necesidad de ego, egoísmo, celos o competitividad. ¿Por qué necesitaríamos algo tan sin valor? Estas características y cualidades sin sentido surgen porque uno piensa que uno mismo, sus antecedentes, su posición, sus ideas y objetivos, son muy importantes. En las tales personas el ego se nutre y crece, y esto “yoismo” finalmente los destruirá.  

El ego tiene el poder para destruiros. En los Vedas hay muchas historias escritas sobre lo que le pasó a Vishvamitra y por qué. Él era un sabio tremendamente poderoso, pero debido al ego, experimentó tantos problemas y dificultades. ¿Y qué hizo Pusala Nanayanar? Él construyó un templo en su corazón y allí instaló a Dios. ¿Es esto difícil? Lo que estamos haciendo es construir templos afuera—y está bien que hagamos eso; yo no estoy diciendo que eso es un error. Sin embargo, ha habido tantas luchas en torno a la construcción de templos. Las personas forman una asociación, pero no habrá nada más que eso al respecto, no habrá ninguna unidad entre las personas de esa asociación y ellos reñirán acerca de qué templo hay que construir. Finalmente, uno dirá: “Yo construiré un templo de Muruga; ¡vosotros construís un templo de Vinaiagar!” El otro dirá: “Vosotros construís un templo de Krishna; ¡yo construiré un templo de Rama.” ¡Todos los templos son uno! Estáis construyendo templos para Dios, entonces ¿por qué queréis vosotros volveros Dios? Nosotros somos todos devotos, seres creados por Dios. Si tenemos que hacer algo, entonces necesitamos devoción para lograrlo.  

Hay una diferencia entre los conceptos “yo estoy haciendo” y “Dios está haciendo a través de mí.” Si estáis construyendo un templo y decís: “Yo estoy construyendo un templo; venid y ayudad,” entonces el “yo” aquí significa que el ego está participando. Sin embargo, si decís: “Dios está usándome para realizar esta construcción; hagamos esto todos juntos,” entonces vuestra actitud es de entrega a los pies de Dios. No habrá ningún “yo”. Más bien, pensaréis que todo está haciéndose por él. ¿Y quién no baila a la melodía del maestro del baile? Dios es el único que tiene el poder para hacer que las cosas sucedan. (…) 

Esta Divinidad me ha dado su gracia divina y yo he pensado en cómo usarlo. El Dios que gobierna el mundo entero es el que me hace trabajar—guiándome, bendiciéndome y dándome su luz de sabiduría. ¡Que su nombre se difunda por todo el mundo! ¡Que todos alcancen la verdad y reciban sus bendiciones! De esa manera sus karmas se disolverán, se resolverán sus problemas y dificultades, sus enfermedades se curarán y ellos alcanzarán los pies de Dios. Éste es mi deseo.  

Oh Dios, no hay necesidad de nombre, fama o riqueza—éstos sólo se relacionan al mundo material. En cuanto a mí—yo vi tu nombre, yo lo entendí y lo realicé. Según el refrán: “Permitid que todo el mundo experimente la beatitud que yo he experimentado,” yo sé que hay una manera en la que todos pueden lograr esta beatitud, pero nadie me pide nunca que le muestre el camino que lleva a la visión de Dios. Ellos sólo hablan conmigo sobre sus dificultades y problemas y yo también los escucharé. Cualquier cosa que deseáis lograr a través de mí, eso sucederá.  

¿Para qué debéis usarme? Si me preguntáis sobre la espiritualidad, yo os explicaré eso; si me preguntáis por vuestros problemas familiares, entonces yo os hablaré sobre eso. ¿Qué diferencia hay para mí? No es mi trabajo insistir en que vosotros sólo me preguntéis acerca de la espiritualidad. Dios me ha dado un don y me ha dicho que lo utilice según lo que se pide. Por consiguiente, pedid cualquier cosa que queréis y recibid eso.

¡Obtened lo que debe obtenerse! 

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