La Llave Está Dentro de Ti

Discurso de un residente de Ashram en la Conferencia Bhumi Shakti

Namaskaram a todos… y esto significa: “Adoro al Yo superior dentro de cada uno de vosotros.”

Esta es una convención sobre la Madre Tierra y eso implica que también se trata de nosotros. Si pudiéramos entendernos mejor estaríamos más conectados a este planeta Tierra y a todos los otros reinos naturales que viven en él.

La gente ha dado a nuestro planeta nombres tales como Tierra, Gaia, Gea, Demeter, Cibels, Panchamama, Terra, Bhumi Devi, por nombrar sólo algunos. Estos nombres—que desde el principio de los tiempos diferentes civilizaciones han dado a este planeta—muestran que la reconocieron como una diosa madre, un organismo inteligente de dar, de nutrir, de fertilidad y compasión, un organismo inteligente que también está conectados con otros planetas y estrellas. 

La Fuente de la que todos procedemos, nos dio un hermoso planeta para que podamos experimentar con la vida, para que podamos vivenciar la existencia de diferentes maneras y desarrollarnos y crecer en conocimiento. Ni este planeta ni nuestros cuerpos nos pertenecen. Pero esto es algo que con el tiempo hemos olvidado. 

Ha llegado el momento en que necesitamos recordar lo que una vez fue olvidado. Cierta vez, cuando Swamiyi parecía un poco triste y molesto, dijo: “Vosotros lo habéis olvidado todo; yo nunca olvido nada, siempre lo recuerdo todo.” Hay diferentes niveles en los que podemos entender estas palabras, cada uno de nosotros de acuerdo con nuestro propio estado mental. Esta fue información importante para mí que me tomó tiempo asimilar… la solución era volver a la Fuente.

¿Y cómo podemos recordar cómo volver a la Fuente? Conectando con nuestro Yo Superior que lo sabe todo, que nunca olvida nada porque está conectado a la Fuente. Sólo yendo profundamente dentro podemos conectar con nuestro Yo Superior y levantar el velo de nuestra ignorancia. La frase tan familiar de Swamiyi es “La llave está dentro de ti.” Esta llave dentro de nosotros abre la puerta a esa dimensión donde podemos encontrar felicidad eterna y verdadera sabiduría.

Swamiyi nos contó que durante sus primeras meditaciones iba hacia dentro, adentro de su cuerpo. No iba a ninguna parte muy lejos, sólo adentro. Durante una de esas meditaciones trató de entender sus órganos internos y sistemas circulatorios, como la circulación de la sangre en su cuerpo. Miró hasta que realmente pudo ver todas las partes de su cuerpo con sus ojos internos. En otra ocasión también dijo que si él mentalmente entraba en su cuerpo podía repararlo. Más tarde, aprendí que al visualizar nuestros órganos internos de esta manera, y amándolos, tenemos el poder de curarnos de todo tipo de enfermedades.

¿Alguien ha visto la película “Comer, Rezar, Amar”?  Se trata de una mujer, interpretada por Julia Roberts, buscando un aspecto más profundo y espiritual de la vida. En una etapa conoce a un viejo sabio que le da el consejo de “simplemente sonríele a tu hígado.” Me pregunto… ¿cuántas personas saben exactamente dónde está su páncreas, o su hígado? ¿Cuántas personas saludan a su pie, estómago o glándula timo? Si queremos conectarnos con este planeta, con este universo, primero necesitamos conocer y entender nuestros órganos internos amándolos. Si nuestros órganos están en un estado perfecto y se sienten amados significa que también estamos listos para más. 

Al pensar en las palabras de Swamiyi y tratar de entender mejor su mensaje, comencé a encontrar algunos métodos prácticos que me ayudaran a conectarme con mis órganos y recuperar mi salud. Es sólo con la práctica que podemos ganar experiencia y encontrar la llave que abre la puerta que luego nos llevará al puente que nos conecta con el resto de este vasto universo de conciencia, una conciencia donde todos somos uno. Unos con otros, con este increíble planeta y con todas las especies animales y vegetales y la materia que viven sobre él y dentro de él. 

Para terminar, me gustaría compartir una experiencia que tal vez aclare acerca de lo que realmente quiero transmitir a todos vosotros.

Era de noche. Yo estaba sentado en los escalones del frente de lo que hoy es la casa de Swamiyi, de cara a los jardines—pero en aquellos días era la oficina del Ashram. Estaba esperando a algunas personas que acababan de regresar de ver a Swamiyi en Cuddalore. Como de costumbre, estaban seguros de tener algunas noticias de Swamiyi. En cuanto a mí, tenía una pregunta trascendental en mente: “¿Cómo podría yo ver este universo con diferentes ojos?” Una de las personas que llegaron de Cuddalore había traído algo de vibhuti de Swamiyi para compartir con todos. Sin moverme del lugar donde estaba sentado, tomé el vibhuti y me puse una pizca en la lengua. Ese poquitito de vibhuti fue suficiente para transportarme a otra forma de ver y sentir. Noté un escarabajo dorado pasando delante de mis pies. A pesar de que era pequeño mis ojos estaban viendo este pequeño insecto magnificado y esto no era mi imaginación. El amor que comencé a sentir por este pequeño animal estaba mucho más allá de mi comprensión, definitivamente no venía de mí. Las lágrimas comenzaron a inundar mis ojos y entonces escuché la voz de Swamiyi: “Si yo tengo tanto amor por este diminuto insecto, entonces imagina cuánto amor puedo sentir por todos vosotros.”

Si pudiéramos amar a este planeta con sólo una fracción del amor que Swamiyi tenía por este escarabajo, nunca más causaríamos ningún daño alguno a este planeta y a todos los seres que viven sobre él.

Yei Prema Shanti

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