Swamiyi explicó que, en la antigüedad, la gente solía hacer iagam como otra forma de abhishekam. En lugar de verter los ingredientes sobre una forma o estatua de la Divinidad, ellos tiraban guíi, frutas, hierbas y otros ingredientes sagrados al fuego de modo que éstos se quemaran y llegaran a lo Divino en forma de humo. Ellos hacían esto mientras recitaban mantras. Concentrando sus mentes de esta manera, miraban entonces el fuego y las vibraciones de la Divinidad llegaban allí.
Los Siddhas enseñaron cómo realizar iagams y abhishekams hace miles de años. Swamiyi dijo que estos rituales son beneficiosos para nosotros incluso ahora, pues la forma más fácil para que un ser humano se acerque a lo Divino es adorando a lo Divino mientras se olvida de sí mismo y se entrega con verdadera devoción, que es lo que estas puyas nos ayudan a hacer.
Swamiyi dijo que, cualesquiera sean los rituales que realicemos de manera apropiada con devoción, éstos tienen poder y es beneficioso participar en ellos. Si comemos la comida que quedó después de un iagam, ello será saludable para el cuerpo y se siente bien. El humo de un iagam es también muy saludable y puede incluso aliviar los efectos de desastres naturales ¡y la radiación del estallido de una bomba atómica! Swamiyi explicó que los mantras tienen poder debido al poder divino que existe dentro de cada uno de nosotros. Por lo tanto, sólo si uno repite los mantras con sentimiento, y creyendo en ese poder interior, tendrán efecto esos mantras.
Agni es la deidad del fuego, también llamado, el Dios del fuego. En tiempos védicos, a Agni se lo invocaba todos los días. Se lo consideraba como el mensajero que lleva nuestras ofrendas a Dios. El sol es otra forma de Agni, el dios del fuego.
“En todas estas puyas, es esencial olvidarse de uno mismo y dedicar nuestra mente a la deidad con todo el corazón y sinceridad. Repite los nombres sagrados, decora lo Divino con una guirnalda y ofrece flores. Si recitas los nombres de lo Divino (astotra) y te olvidas de ti mismo, ¡se te pondrá piel de gallina! Cuando te olvides de ti mismo, tu mente quedará verdaderamente inmersa en Dios. (…)
Para llegar a ese estado, necesitas cambiar tu estilo de vida y dedicar más tiempo a las puyas. Estamos deleitándonos en esta vida mundana y decimos que no podemos quitarle tiempo a maia (la ilusión mundana). Cuando te haces tiempo para hacer puya, estás practicando yoga y devoción al mismo tiempo (bhakti yoga). Cuando haces puya con regularidad, descubres que hay muchas tareas que tienen que llevarse a cabo en el proceso. Entonces estamos muy ocupados como si estuviéramos haciendo asanas, y nuestro cuerpo, nuestra mente y todo nuestro ser se involucran completamente en ello. La mente se concentra. Cuando sumergimos la mente y los pensamientos en la acción de la puya, nos olvidamos de nosotros mismos y ese gran poder Divino, esa gracia y sabiduría Divinas se funden con nuestros corazones. Si practicas puya habitualmente, eso también te lleva a un nivel superior.
Mucha gente ha obtenido sabiduría o liberación a través de la adoración ritual. (…) Has ganado esta gran oportunidad de rendir culto a lo Divino y de recordar constantemente a lo Divino con una mente firme. ¡No pierdas esta oportunidad!”
Swami Premananda