Discursos Espirituales (satsang)

SATSANG2“Para tener un buen y gran satsang espiritual, en primer lugar todo el mundo del grupo tiene que estar interesado en espiritualidad. No importa si sólo hay unos pocos devotos en el grupo. Lo que hablan y hacen tiene que centrarse en la realización divina y en el servicio.

Si ponéis una cebolla podrida con cebollas buenas, éstas se echarán a perder. Una persona que tiene motivos ulteriores, como querer obtener dinero o buscar una pareja para casarse, estropeará las aspiraciones espirituales de los demás. Tenéis que vigilar y proteger vuestro pequeño grupo de satsang. Al mismo tiempo, tenéis que intentar ayudar a los demás – puede que lo necesiten.

El poder de la palabra es muy grande. No es necesario que los debates divinamente inspirados sean de un nivel intelectual alto. Muy a menudo, contar a los demás experiencias espirituales simples o relacionadas con incidentes relativos al Gurú, puede traer un cálido brillo espiritual al corazón y la mente. Ese sentimiento placentero vendrá del interior y el satsang fluirá natural y espontáneamente. Puede que empecéis leyendo las palabras del Gurú y entonces alguien recordará un incidente y lo relatará. Entonces otro añadirá algún comentario. Todos podéis aprender y beneficiarios de un satsang natural.

Del mismo modo, una conversación común y corriente durante la que decís cosas malas sobre los demás puede tener una gran influencia negativa. Estoy hablando de chismorreo. Casi todos chismorrean en un momento u otro. Puede que no penséis en ello, pero chismorrear es como una droga. Es adictivo y tira vuestra conciencia hacia abajo. Influencia a que los demás tengan malos sentimientos sobre vuestros semejantes y trae mal karma al que chismorrea y al que lo escucha. Deberíais intentar mantener vuestra conciencia en un nivel alto. No permitáis que vuestra mente baje. Seguid mi consejo – no chismorreéis sobre los demás.

Durante satsang con otras personas, una meditación en grupo en silencio puede ser una de las experiencias más elevadoras. ¡No me importa que os hagáis adictos a la meditación grupal! Eso es infinitamente más útil que horas y horas de charla inútil. La meditación grupal es un satsang silencioso. Después de vuestro satsang más mundano, comunicaos en grupo con Dios. Eso es verdadero satsang. Definitivamente asistiré a todos vuestros satsangs que sean dirigidos sinceramente y con un buen propósito. Todos esos satsangs tienen mi “sello de aprobación” y mis mejores bendiciones están con vosotros. Si ponéis una silla o un cojín para mí, vendré y seguro que me sentaré en él. Y os enseñaré que vine con una señal u otra.”

Swami Premananda

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