El tremendo poder que impregna los cinco grandes elementos

La religión no es algo extremo o fanático. La religión debe ser algo que nos permita alcanzar un estado de estabilidad duradera, ¿no es así? Hoy estamos divididos según nuestras creencias, aunque ésta es simplemente una manera de separar a las personas, pero sin la comprensión correcta.  Las personas no comprenden que no fue lo Divino que creó todas estas religiones, lenguas, clasificaciones, castas y divisiones.

Las leyes eternas de la vida, el Sanatana Dharma, existía incluso antes del tiempo en que aparecieran las piedras y la tierra en la Tierra. El Sanatana Dharma nos da instrucción divina sobre los cinco diferentes elementos—agua, fuego, aire, espacio (éter) y tierra.  A través de estos elementos, evolucionaron las rocas, la tierra y el agua y, combinándose con el aire y la luz del sol, continuaron evolucionado para formar hierbas, gusanos y, aún más, muchas especies de animales, pájaros y serpientes, y luego seres humanos.     

En este nacimiento humano, si uno reflexiona profundamente acerca de la naturaleza de los seis sentidos, uno puede madurar el alma—pero si se alcanza el séptimo sentido, que es el estado de auto-realización, ¡cuántos misterios espirituales secretos y cuánto conocimiento divino se puede absorber!

Los seres humanos vieron lo Supremo manifiesto. Ellos experimentaron la meditación divina. Rindieron culto al agua y también a la tierra. Rindieron culto al espacio—el vacío. Veneraron el viento y ofrecieron salutaciones al sol. La sabiduría que surgió de todo esto fue el Sanatana Dharma, las leyes eternas. Mi cuerpo físico es creado a partir de los cinco elementos, pero todavía no puedo comprender el significado del Panchaksharam, el mantra de cinco letras ¡Si-Va-Ia-Na-Ma! 

Los dos ojos externos del hombre siempre se sienten atraídos hacia los lugares que primero aplacaron su hambre y de dónde nació.  La mente engañosa piensa que este deseo es todo en la vida.  Por consiguiente, no podéis sentir que no hay nada de valor para vosotros en esto.  Me preocupa que no pueda explicar toda esta verdad a vosotros.  No habéis comprendido esto y no me entendisteis completamente.  No habéis captado mi enseñanza claramente. No habéis comprendido de verdad vuestra situación y el nivel en el que estáis ahora mismo. 

Si uno de los cinco elementos dejara vuestro cuerpo, entonces éste ya no existiría. La respiración está sucediendo, pero, ¿entendéis vosotros la respiración? Si no pudierais respirar, ¿podríais hablar? ¿Os podríais incluso mover? Antes de que os olvidéis cómo respirar el aire, buscad una manera de alcanzar lo Divino.  Si no lográis algo en este nacimiento, ¿por qué pensáis que lo lograréis en el próximo? Puede que nazcáis muchas veces, pero, ¿cuál es el propósito de haber estado naciendo con todo este mérito que ganasteis? Esta virtud de nacimientos anteriores se ha pegado a vuestra alma y os ha traído tales bendiciones—¿qué significa eso a menos que experimentéis la última etapa de la vida?

Si contempláis el tremendo poder que impregna los cinco grandes elementos, lograréis la sabiduría espiritual y alcanzaréis el estado de beatitud suprema. Intentad comprender este poder. Esto es lo que yo he intentado haceros entender.

La realidad mística que está dentro de mí y que está dentro de vosotros es la misma. Esta energía suprema reside en el cuerpo, que es como una bolsa llena de aire.  No podéis percibir la energía universal con tus ojos físicos. Sólo se puede realizar si abrís vuestro ojo interno de sabiduría.

¿En qué etapa estáis vosotros? ¿Dónde estáis? ¿Cuál es el propósito y objetivo de vuestro nacimiento? Habiendo nacido, ¿qué vais a hacer? Si de verdad contempláis estas preguntas, incluso durante un breve lapso, pronto comprenderéis el verdadero propósito de vuestro nacimiento. Cuando sepáis eso, podréis volveros uno con el Poder Supremo. 

¡Yei Prema Shanti!

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