Si empiezas una práctica así ahora, ése es el mayor tesoro que puedes ganar en tu vida. Si puedes aprender a observar tus pensamientos de mono, aprenderás a atraparlos en sus etapas tempranas, antes de que se desarrollen y envuelvan a tu mente. Te liberarás de cualidades negativas tales como celos, ira y codicia porque aprenderás a reconocerlas mientras están sólo en forma de semillas, sin haberse desarrollado a una forma más burda. Te sentirás en unidad con Dios y no separado de Dios. Te sientes separado de Dios tan sólo porque a tales pensamientos se les permite desarrollarse. Si estás siempre observando tus pensamientos cuando éstos aparecen, no te identificarás con los pensamientos de separación pues sabrás que ellos son una creación de la mente. Te establecerás en tu Yo divino y vivenciarás el gran amor y la gran inteligencia de Dios. Te volverás divinamente creativo y verás, sentirás y oiréis a Dios en todo lo que haces. Todo esto es el propósito de la meditación. Sin usar la palabra meditación he tratado de llevarte a ella.
¡Yei Prema Shanti!
